Año del Señor 1644, Mayo.
A ocho millas de Coventry...
La emboscada no estaba
saliendo todo lo bien que hubiese querido Lauchlan. El curtido
escocés estaba al mando de un pequeño grupo de “highlanders” en
lado parlamentario.
Sus hombres no solían
participar en los grandes enfrentamientos sino que se dedicaban a
preparar emboscadas en terreno abrupto a cargamentos de material y
pequeñas columnas de soldados enemigos que cruzaban confiados los
tupidos bosques de la zona, también se les daba bien conseguir
información para el grueso del ejercito y sabotear puentes y vados
para ralentizar la marcha de los realistas.
Pero esta vez el asalto
les estaba costando caro, su grupo de una veintena de batidores debía
de emboscar unos carromatos cargados con mosquetes y piezas de
artillería destinados a reforzar la zona de Marston Moor, algo
sencillo pero una fuerte tormenta les impidió darse cuenta que a
poca distancia llegaba un contingente de casi cien soldados a pie y
una cincuentena de jinetes.
Después de una letal
lluvia de proyectiles de sus arcos y unos pocos mosquetes los hombres
de Lauchlan luchaban cuerpo a cuerpo contra la sorprendida dotación
de los cañones cuando fueron sobrepasados por la columna de soldados
y jinetes que llego en auxilio de sus compañeros.
Aunque la tarde no estaba
muy avanzada la oscuras nubes tapaban los escasos rayos de sol y
aprovechando la confusión del combate y al amparo de la oscuridad
que se cernía sobre claro del bosque Lauchlan ordeno la retirada de
sus hombres, la mitad de ellos habían muerto o sufrido graves
heridas pero una docena consiguió escabullirse hacia unas laderas
próximas siempre al amparo de los altos bosques de coníferas
huyendo de sus ahora cazadores.
Dos horas mas tarde,
extenuados a causa del combate y posterior carrera por unas sendas
prácticamente intransitables, los escoceses se reagruparon en torno
a su líder el cual recito unas antiguas palabras en su lengua natal
para honrar a sus compañeros abatidos. Se tomaron un respiro para
buscar en sus bolsas algo que llevarse a la boca e intentar reponer
fuerzas. A lo lejos, Aidan, el mas joven del grupo diviso una pequeña
villa de apenas media docena de cabañas que podría serviles de
cobijo durante la tormenta y pasar la noche para trazar un nuevo plan
durante la mañana.
La villa parecía
abandonada aunque tampoco se esforzaron mucho en buscar a sus gentes
ya que la tormenta al contrario de arreciar parecía que tomaba mas
fuerza por momentos.
Lo primero que
encontraron fue un viejo granero, los sacos estaban perfectamente
amontonados, algunos tenían agujeros abiertos por roedores y el
grano se esparcía a su alrededor.
Los hombres no tardaron
en acurrucarse en los sitios que parecían mas cómodos, a pesar de
que no creía que sus enemigos aún les estuvieran siguiendo Lauchlan
organizó turnos de vigilancia, no podía correr el riesgo de verse
sorprendidos en mitad de la noche con la guardia bajada.
Kellen, un habilidoso
tirador ocupó un altillo con un ventanuco redondo que había sobre
el portón principal de madera, desde esa posición veía
perfectamente el exterior del granero y difícilmente seria visto, al
menos desde lejos. Apoyo el largo mosquete sobre el ventanuco, regalo
de un antiguo capitán por su fiereza en el campo de batalla e
inconscientemente su mano atenazada por el frió y el agua se cerro
fuertemente en la culata. Una sensación extraña le recorrió la
espalda, seguramente era causa de las bajas temperaturas así que no
le dio mas importancia.
La segunda guardia toco
al curtido Bowan, siempre había sido como el hermano mayor de
Lauchlan, le había enseñado todo lo que este sabia pero siempre
denegó un cargo de líder, su tranquila vida como ganadero fue
interrumpida por la guerra cosa que nunca se le dio mal. A diferencia
de la mayoría de sus compañeros no usaba nunca armas a distancia,
decía que eran de cobardes, para Bowan el sitio mas seguro en la
batalla era junto a su inmensa espada claymore que manejaba con gran
maestría Todo apuntaba a que sus dos horas de guardia se las pasaría
limpiándola y secándola con gran cuidado cuando al poco rato de
ponerse cómodo escucho un ruido sordo en el exterior, parecía estar
acompasado con otro ruido de índole metálico, seguro que estos
malditos realistas les habían encontrado!
La lluvia se había
convertido en una ligera llovizna y esto ayudaba a aumentar la visión
desde la ventana del granero. A la vez que oteaba la zona lanzó unos
troncos junto a sus compañeros para alertarles y darles tiempo a que
preparasen sus armas.
De repente sus ojos
vieron algo que su mente no lograba a entender, a unos quince metros
del edificio se acercaba pesadamente lo que parecía ser un campesino
de la zona, su pierna izquierda estaba destrozada, brillantes puntas
de hueso blanco asomaban por la carne entre los jirones de sus
calzas, tenia el pie girado completamente hacia atrás arrastrándolo
a cada paso. Su torso desnudo mostraba brutales signos de violencia,
grandes desgarrones dejaban ver parte de sus tripas y sus delgados
brazos y huesudas manos mantenían el peso de una guadaña de segar
que dejaba un surco por el barro así como avanzaba. Su horrible
rostro tenia la mandíbula desencajada y abundantes arañazos lo
habían desfigurado.
Cuando Bowan bajo del
altillo blanco como la luna llena sus compañeros no sabían la causa
de la alarma pero ya estaban en pie y con sus armas preparadas para
la amenaza que pudiera ser.
Lauchlan haciendo gala de
sus dotes de liderazgo tomo la situación y tras abrir un poco el
portón y ver la abominación que avanzaba hacia ellos ordeno al
joven Aidan que disparase una flecha con su arco de caza para abatir
al demonio, de momento no quería abrir fuego con los mosquetes para
no llamar a atención con un ruido excesivo.
El chico tuvo que hacer
un gran esfuerzo al reprimir su miedo y temblores al ver a la cosa,
ya estaba a menos de diez metros así que el tiro no supondría gran
problema para él.
La flecha de plumas
negras cruzo la noche para impactar en el rostro de la criatura, el
disparo debería de haber sido letal pero sea lo que fuere continuaba
su lento avanza hacia ellos, a cada paso alzaba mas y mas la guadaña
como si estuviera en la estación de recoleta con la única
diferencia que esta vez no tenia intención de segar grano sino sus
cuerpos.
Seguidamente una segunda
flecha atravesó completamente su torso, normalmente quedaban
clavadas en sus objetivos pero parecía que el cuerpo estaba en un
avanzado estado de descomposición. Este segundo disparo tampoco
pareció afectar al inexorable avance del ser.
Con el miedo inicial
superado, Bowen salio del granero corriendo con su claymore en
posición de ataque, la inercia de la carga le dio ventaja en el
enfrentamiento y pudiendo fácilmente esquivar la hoja de la guadaña
asesto un tajo de arriba a abajo en su hombro izquierdo, el diablo
quedo prácticamente partido por la mitad, la guadaña cayó al suelo
y una segunda estocada directa al cuello secciono completamente la
dañada cabeza del torso.
Después de la carga
inicial el veterano quedo aturdido bajo la llovizna mirando sin
pestañear a su enemigo hasta que sus compañeros salieron para
ayudarle a volver al granero y recuperarse del estrés causado por la
criatura.
Durante la siguiente
media hora nadie dijo nada, todos estaban pensativos, incluso se
dieron cuenta de que nadie de ellos había subido al altillo a
vigilar por el ventanuco. Poco a poco los hombres empezaron a
comentar entre ellos la situación, dos de ellos subieron para tener
controlado el exterior y Lauchlan les aconsejo descansar hasta la
salida del sol, mañana seria otro día y lo verían todo mucho mas
claro. En las horas restantes de noche, nadie logro conciliar el
sueño de nuevo.