sábado, 20 de septiembre de 2014

Aventuras en la Gran Tortuga.

     Una fuerte explosión resonó varias calles a la redonda, al parecer provenía al taller del viejo ingeniero gnomo Egan Thermobolt. Rápidamente los vecinos mas cercanos acudieron al lugar viendo como una enorme humareda verdosa salia de las ventanas rotas del taller.
Entre maldiciones y con el pelo de la cara chamuscado salió a la calle el ingeniero cascarrabias...
  • Se lo dije! Mira que se lo dije a todos pero como siempre no me hicieron caso! Malditos mercenarios de pacotilla, esta claro que si quieres un trabajo bien hecho debe de hacerlo uno mismo, malditos mercenarios humanos!-
     Al ver que no había heridos, tanto Hackett el armero como Jenna la herrera volvieron a sus respectivos talleres. Este barrio de la Gran Tortuga estaba compuesto prácticamente por negocios gremiales dedicados a la ingeniería y sus derivados, mayoritariamente todos tenían en común la fabricación de equipo y materiales para el buen funcionamiento de una de las mayores centrales de gestión de residuos que albergaba la mitad sur de Átropos o también llamado la Gran Tortuga para sus habitantes.



     La vida en el barrio era someramente monótona, cada maestro ingeniero trabajaba junto con sus aprendices en los antiguos talleres de herencia familiar, solo unos pocos sabían exactamente cuantas generaciones les precedían, los demás al intentar averiguarlo se perdían en la extrema longevidad del descomunal artefacto donde residían.
La central de residuos ofrecía mas de dos centenares de puestos de trabajo, eso sin contar los barrios gremiales que trabajaban para la fabricación de herramientas y repuestos. La mayor parte eran ingenieros gnomos organizados por sectores, cada sector estaba al mando de un ingeniero jefe que organizaba las labores diarias.
Tales labores eran básicamente la gestión de recursos reciclables, unos gigantescos hornos se dedicaban a incinerar las toneladas de residuos produciendo energía para poder accionar los miles y miles de engranajes de la rodilla trasera derecha de La Gran Tortuga permitiendo así su articulación.
Dentro de la planta de reciclaje reinaba un caos controlado, enormes autómatas de doce metros de alto recogían los cubos de varias toneladas de residuo que salían de una enorme prensa de pistones. Los autómatas tenían en su parte superior unas cabinas acristaladas desde donde sus pilotos los manejaban por los larguísimos pasillos remachados.
Por otro lado, unos fuelles grandes como montañas insuflaban chorros de aire capaces de desplazar una casa de madera hacia lo que llamaban El Núcleo.


Esta zona era un hexágono hueco que contenían un mar de ardiente lava bombeada a través de seis grandes salidas de roca madre. Se dice que era unos de los muchos corazones sintéticos de Átropos, los ingenieros de antaño ya lo encontraron tal cual suponiendo que era una fuente de energía que movía al titanico ser artificial que les servia como mundo. Los mas imaginativos dicen que La Gran Tortuga se enfrentó hace eones al dragón Ashkum, señor de su estirpe, la batalla duro siglos hasta que el dragón acabo engullido, de ahí que sus glándulas flamígeras se hallen repartidas por todo el cuerpo de Átropos en forma de núcleos de ardiente magma.
El calor que desprendía el Núcleo era tal que los autómatas debían de ser reparados cada tres viajes de residuos ya que sus placas de duro metal enano no eran capaces de soportar tal calor.

Después de que los aprendices del ingeniero limpiaran y arreglaran todo el estropicio causado en el taller Thermobolt dio por finalizada su jornada cerrando por este día el taller.

     Dos días mas tarde, en la taberna del Engranaje Oxidado, Thermobolt saboreaba una oscura cerveza al finalizar su jornada de trabajo, en su mesa, tres jarras vaciás denotaban su larga estancia en el local hasta que una figura encapuchada se sentó en su mesa sin pedir permiso.
Al retirarse parte de la capa el gnomo vio a un tosco humano de mirada fría, tenia la parte izquierda del rostro plagada de cicatrices y su pelo era muy corto y negro.

  • Ya me tienes aquí gnomo, no querías al mejor? Me llaman Beagan, antaño serví como capitán a las ordenes del conde Clancy de Nueva Castilla. Al finalizas las campañas de las Islas Circinus la mayoría del ejercito se licenció con unas mediocres pagas, el resultado fue la creación de numerosas fuerzas mercenarias, cazarecompensas y buscadores de fortuna.
    Leí en uno de tus anuncios que buscabas y grupo de aventureros dispuestos a realizar un trabajo de poco riesgo y bien remunerado, así que ya lo has encontrado.-

  • Valiente bravucón! Quieres tomar el pelo al viejo Thermobolt? Hoy en día hasta un rufián apresado en los calabozos del Marshall Rocketfuel podría hacerse pasar por un mercenario de elevada reputación, tendrás que demostrarme que eres quien dices, te aviso que no tengo tiempo que perder, estoy terminando mi cuarta cerveza y Doris me espera en casa con la cena preparada.-



     Tras las bruscas palabras del ingeniero gnomo Beagan hizo una señal con el dedo hacia la ventana, a los pocos segundos tres forasteros entraban y se acercaban a su mesa. Uno de ellos era un enano malcarado de largas barbas rojizas como el fuego de una fragua, su atuendo eran gruesas ropas de cuero con multitud de bolsillos y una gran ballesta reforzada de metal en la espalda.
El otro parecía un humano aunque de complexión mas delgada, sus orejas puntiagudas lo descubrían su élfica procedencia y su tez oscura indicaba que pertenecía a la raza de las profundidades, a los oscuros elfos del submundo. Su negro atuendo iba a juego con su cabellera de color azabache, aparentemente no iba armado pero su ropas posiblemente escondieran peligrosas armas punzantes.
La ultima era una hermosa joven de pelo negro y gran cantidad de abalorios, vestía trajes típicos de las caravanas de comerciantes y circos ambulantes de las gentes del este. Thermobolt se agito al ver como unas culebrillas de electricidad crepitaban en su mano izquierda, y eso que no tenia baterías!

  • Como puede observar viejo cascarrabias, mis compañeros no son meros buscavidas charlatanes, usted necesita un grupo en condiciones y nosotros necesitamos su dinero, así que por favor, hablemos...-


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